La Muerte

Me gustaba aquel lugar, frío, húmedo, nostálgico, no sabía como definirlo. Allí me sentía yo, nada de apariencias, allí era imposible. Era libre, libre para ser, libre para verme tal y como soy. Jamás me importaron las apariencias pero para sobrevivir en el mundo del que huyo son necesarias. Las personas que te rodean son como carroñeros solo se interesan por ti cuando pueden sacar beneficio. En aquel lugar era distinto la gente falsa desaparecía, casi no había nadie, estaba poco lleno, incluso vacío. Allí la guerra no existía, allí la paz no era una utopía, allí, el mundo no existía. La nada, solo yo, yo y mi alma. Una lucha interna se apoderaba de mí en el mundo exterior, jamás hice lo que dijo mi alma, tenia razón, pero jamás le hice caso. En aquel lugar, donde podía hacerle caso ya no me peleaba, mi alma estaba en paz. Ójala mi única amiga en toda mi vida estuviera a mi lado, ella como todos los de nuestra especie tienen miedo a este lugar, o mas bien allí donde te lleva. Mi única amiga esta allí atrapada pero ella no lo sabe, yo no la puedo ayudar pero aun pensándolo mi alma sigue en paz es increíble, es imposible, pero es real. Que bella es la muerte, que bello es todo sin el toque humano, que horrible es el mundo del que huimos, porque realmente morimos por que no queremos volver. El miedo es el peor enemigo de la humanidad, el miedo impide ver la belleza de la muerte, no deja que las almas descansen en paz, pero yo le tuve miedo a la humanidad pero jamás a la muerte. La muerte es fría, es bella, es eterna.